La Plaza de los Coches ha tenido muchos nombres. Primero se llamó Plaza del Juez porque en una de sus casas se hospedó Juan de Vadillo, juez que vino a residenciar al fundador don Pedro de Heredia en 1535. En el mismo siglo XVI fue llamada también Plaza de la Yerba por ser el lugar donde se vendía la hierba destinada a la alimentación de las bestias de tiro. Llevó igualmente los nombres de Plaza del Rollo por una columna cilíndrica de piedra o picota instalada en su centro, en la que se fijaban documentos o avisos oficiales y se aplicaban ciertos castigos públicos; Plaza del Esclavo, por efectuarse en ella remates o ventas de esclavos y Plaza de los Mercaderes por la importancia comercial del sector.
En el siglo XX se le dio el nombre de Plaza de los Coches por haber sido estación de los coches de caballos de alquiler. El nombre oficial en la actualidad es el de Plaza del Ecuador en homenaje a la hermana República, por haberse firmado en Cartagena, en 1921, el tratado de límites con aquella nación vecina. No obstante el nombre que ha prevalecido y por el cual todos la conocen es el de Plaza de los Coches. Se encuentra desde 1998 el monumento a Pedro de Heredia, fundador de la ciudad, al ser trasladado desde una glorieta ubicada en el frente exterior de la Boca del Puente que desapareció para dar paso a la nueva Plaza de la Paz. El bronce es obra del escultor español Juan de Ávalos. En el lado este de la plaza, en el solar donde hoy se encuentra el edificio del Banco Unión, se construyó el primer monasterio de los padres dominicos llamado convento de San José. Se trataba de una modesta construcción de palma y bahareque que fue consumida por las llamas del incendio que destruyó gran parte de la ciudad en 1552.
En el costado oeste de la plaza, se encuentra el Portal de los Dulces, uno de los sitios más característicos de Cartagena, llamado así porque desde antaño se sitúan en él las ventas de dulces típicos de la ciudad. Es este uno de los escenarios de la célebre novela de Gabriel García Márquez, “El amor en los tiempos del cólera”, Aquí, Fermina Daza, la protagonista, fue con las dulceras sentadas detrás de sus grandes redomas, y compró seis dulces de cada clase, señalándolos con el dedo a través del cristal porque no lograba hacerse oír en la gritería: seis cabellitos de ángel, seis conservitas de leche, seis ladrillos de ajonjolí, seis alfajores de yuca, seis diabolines, seis piononos, seis bocaditos de la reina, seis de esto y seis de lo otro, seis de todo, y los iba echando en el canasto de la criada con una gracia irresistible
Asesoria de proyectos: Culturales, museológicos y archivísticos.
"Al día con el patrimonio” es una actividad para los docentes y debe realizarse 7 días antes de la visita en los siguientes horarios: Martes y jueves 9:00 am. - 3:00 pm.